Premio Grammy |
He aquí una destrucción masiva, pero no errada, de lo que ellos han venido haciendo:
Érase una vez una tal Miley Cyrus que se convirtió en Hanna Montana (muy a costa de su voluntad) y terminó regresando al pasado para tratar de afianzarse como una chica PopRock, que seamos honestos, a pocos les gusto... Es que esa temporada de Ashlee Simpson, Avril Lavigne y Hilary Duff, ya habia pasado hacía rato. Entonces no le quedó más remedio que convertirse en Dark Miley; sí, esa misma depredadora de Weed, alcohol y pastillas que todo el mundo ovaciona después de sacar un dedo de hule y pasárselo por la vagina. Ella fue la causante del declive...
Dark Miley Cyrus apareció en un momento en el que Lady Gaga y Kesha estaban desaparecidas, con una Katy Perry apenas subiendo y una Britney Spears más olvidada que pegajosa. Esto trajo como consecuencia que su única barrera entre ella y las superventas; Selena Gomez, terminara como siempre, de segundona. Entonces los espectáculos, las canciones, los sonidos, la ropa, las voces y hasta los estilos, musicalmente hablando, pasaron a dar un giro de 180 grados, y el concepto más peligroso que esta pionera del "desastre" pudo haber cambiado hubo de ser "El Mensaje" de la Cultura Popular.
A partir de aquí, todo lo que no estuvo a la vanguardia, como ha sido siempre, dacayó enormemente. Lo que fue diferente (Lady Gaga o Katy Perry), terminó por ser comercialmente señalado, y todo lo que no se renovó (Britney Spears, Christina Aguilera, Madonna), se olvidó. Y se nos presenta como fanáticos una guerra tipo Game Of Thrones que muchos jóvenes apenas han sabido digerir y que ciégamente ha cambiado la sociedad a pesar de sus multimillonarias ventas a nivel mundial.
Mientras Selena Gomez compite inutilmente contra Cyrus con canciones de niña buena, trata de incursionar en lo sensual con Come And Get It, sin conseguir éxito, ya que esos estilos de Toxic o Dirrty solo sirvieron a una generación. Por otro lado, la ola de Pop escandaloso inicia con el declive de Justin Bieber y su transformación en niño malo, y que porque habia empezado a madurar... No lo creo. Él y Selena se mataban como ratas mientras Miley siguía vendiendo con Bangerz en todo el mundo.
Britney trata de volver con Femme Fatale, pero adivinen; no se renovó, siguió doblando y para colmos dejó de bailar. La misma caída tuvo Christina Aguilera con Bionic aplastado por una Gaga "monstruosa", y un Lotus invisible a nivel comercial, cabe destacar que tambien se engordó, aunque ya teníamos una Cerda Peggy en la manada (Adele).
En otra línea de tiempo, Madonna intentó volver del pasado para reclamar la corona por la que todas las cantantes peleaban contra la usurpadora Cyrus, pero el mercado la dejó sola, con Lady Gaga en banca cantando con Tony Bennett y Artpop con las canciones más terribles de su carrera. Se vio también a Kesha jugueteando y posteriormente desapareciendo al lado de Pitbull, quien seguía apoyando a la única artista que pudo haber dado la pelea de haber sido acogida por los americanos; Jennifer Lopez, de quien se conoce la tripleta On The Floor, Dance Again y Give it Up.
Por allí mismo vimos un conato de Invasión Inglesa que en el camino también se echó a perder, con One Direction entonando canciones más por compromiso que porque fueran pegajosas, Jessie J yendo y viniendo con sus temas raros y Adele dominando y desapareciendo tan rápido como sus canciones. La australiana rapera Iggy Azalea amenazó el territorio que Nicki Minaj hubo defendido de la Cyrus durante los períodos de guerra. Y Taylor Swift hizo su gran aparición con 1989 después de un susto con Red, con el cual presumimos que haría la misma estupidez que Justin, Miley o los OD.
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Miley Cyrus (Derecha), La llamada Dark Miley Cyrus (Izquierda) |
Justin Bieber |
El golpe más mórbido de esta movida fue el desplazamiento de artistas como Britney Spears, Lady Gaga o Nicki Minaj, quienes hacía poco habían logrado ventas poderosas y envidiables incluso por la misma Miley, la total erradicación de cantantes como Adele, Kesha o Christina Aguilera y la asombrosa supervivencia de Beyoncé o Taylor Swift, quienes astutamente, no fueron tan estúpidas como para competir con el desorden Dark Cyrus, y prefirieron esperar a que pasara su fiebre para lanzar sus canciones al mercado.
Se vieron colaboraciones extrañas y mayormente con poca repercución en el plano musical; Rihanna con Eminem, ooootra vez, Jessie J y Nicki con la Celine Dion de la nueva generación; Ariana Grande, y Katy Perry con Timbaland.
Hubo resurrecciones conmovedoras y entre otras cosas, absurdas; una de ellas la de Justin Timberlake, a quien así como se apoyó, también se olvidó. El retorno de Pharrell Williams, y Lil Wayne haciendo de las suyas bajo perfil. La venida de artistas fuertes pero pasajeros; como lo fueron Lorde, Sia o la propia Iggy Azalea.
Sin embargo, el problema métrico de estas repercuciones, y motivo por el cual redacto esta nota, es el cambio dramático y negativo que estos estilos musicales han implementado en la sociedad, una sociedad de jóvenes con mentes tan abiertas como sus piernas, tan frágiles como sus celulares y tan manipulables como sus cobertones. Y es que ocurrió y aún ocurre que todos escuchemos a todos, pero si no estamos en la "onda" del momento, simplemente NO ESTAMOS.
De izquierda a derecha; Lorde, Selena Gomez y Taylor Swift |
Mi crítica no es a lo que son, sino a lo que hacen, porque deberían actuar con más inteligencia y dejar de hacer cosas estúpidas, centrarse en forjar una carrera límpia, una carrera de honores y una carrera de reconocimientos blancos, no de marihuana, drogas y alcohol. Muchos en el medio deben recordar que son una imagen para la sociedad y que sus actitudes afectarán directa o indirectamente a todos los que los siguen, a todos los que cabalmente no tenga un juicio optimo para reconocer lo que es bueno y lo que no en sus presentaciones, en sus canciones o en sus acciones.